Un "posi"

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El profe de gimnasia

Estábamos hablando de la cara de estupor de esos padres al descubrir que su retoño de apenas 5 años ya tiene sus primeros escarceos sexuales. ¡Porque son sexuales! No confundamos las cosas: ni ella piensa que él tiene una conversación interesante, ni él cree que tengan mucho en común, aparte de las lágrimas y los mocos.
Ahora bien, imaginaos esas caras si a la pregunta "¿Y quién te gusta, Teresita?" la dulce niñita respondiera " El profe de gimnasia" ¿Qué cara se les quedaría? Seguro que decenas de pensamientos pasarían por sus cabezas a la velocidad del rayo...
Y, no, aunque pudiera parecer lo contrario, el susodicho no es un yogurín recién salido de la facultad de magisterio y ni siquiera es remotamente parecido a George Cloony. La cosa es más simple que todo eso: lo que ocurre es que está enmarcado. ¿Y esto qué quiere decir? Simplemente que los seres humanos precisamos, con bastante frecuencia, de un ligero empujón para la toma de decisiones y en este caso, para llegar a fijarnos en alguien, necesitamos que se destaque frente a los demás de alguna manera.
¿Y por qué entonces el de gimnasia?
No cabe duda de que es un profe especial: viste diferente, pasa del rollo ese de las letras y los números y por si fuera poco su aula es la misma que la del recreo. ¿Podría estar más destacado? Por lo tanto, para Teresita tener que decantarse entre Luisito y sus otros 11 compañeros es una tarea arduamente difícil, sin embargo, entre su maestra doña Julia y el profe de gimnasia, Isidro, que hasta prescinde del don, la cosa está más que clara, ¿no creéis?
Y así es como la TEORÍA DEL MARCO hace acto de presencia.

Luisito y Teresita

Todo empieza realmente pronto. Aunque los padres no se quieran dar cuenta la biología hace de las suyas en la más tierna infancia y los niños no son tan inocentes ni tienen la mirada tan 'pura' como cabría pensar. Alguien dirá que la que tiene la mirada 'sucia' soy yo, pero si alguno de mis gatos más fieles es maestro o trabaja en una guardería sabrá que lo que digo es cierto o más sencillo, si es padre y le ha dado por hacer, delante de sus amistades, la típica pregunta graciosa:< ¿Ay, Luisito, y tienes novia?> para pasar un rato divertido a costa del niño, la seriedad de la respuesta podría dejar helado a más de un mojigato progenitor: <Sara y Lucía> Mira el angelito; no una, sino dos; a las que acaricia y besa -en la boca y a lametones no os vayáis a creer- e incluso muerde y araña si lo requiere la ocasión.

Cosas de niños, pensarán algunos. Sí, sí. Pero, si en vez de en Luisito (porque sus padres después de la inmediata sorpresa, estarán orgullosísimos, pensando que criarán al nuevo Casanova) pensamos en Teresita, la situación tomará unos tintes algo diferentes. Y la pobrecita, en pago a su sinceridad, -la misma que había tenido Luisito, no lo olvidemos- se pasará su infancia escuchando, con suerte sólo de vez en cuando, que 'hay que tener cuidado con los chicos... que la fama se cría muy pronto... que después para quitársela...' Y ni hablar de lo que tendrá que oír por supuesto en su adolescencia. En fin, que cuando quiera darse cuenta tendrá 30 años y seguirá esperando a ese alguien especial para echar su primer polvo y todo por el qué dirán. ¿Pues sabes qué te digo yo, Teresita? Que folles cuando te apetezca y con quien te apetezca, aunque no sea tan especial como se supone que debe ser según el resto y ese homenaje que te habrás ganado. Y que si después no vuelves a ver al susodicho, pues él se lo pierde, o a lo mejor eres tú la que no quiere volver a saber nada. Pues, ya verás, que se creen que con una noche -normalmente flojita, aunque siempre hay excepciones- ya estás a sus pies, esperando su llamada con el vestido de novia. ¡Y nunca más lejos de la realidad!

Pero, ¿y si Teresita hubiese contestado otra cosa?... (continuará)

La curiosidad mató al gato

¿Alguna vez te has colado por un profesor? ¿Forraste tu habitación con los buenorros de la serie juvenil de turno? ¿Te iniciaste en el alcohol por ese camarero que, encima de no ser nada del otro mundo, no te hacía ni caso? ¿Y qué me dices de tu inusitada constancia en el gimnasio debido a la simpatía de ese monitor tan majo?
Si la mayoría de tus respuestas han sido afirmativas, si te has sentido identificado en alguna de estas situaciones, no importa en el lado que estuvieras, o si simplemente te invade la curiosidad que mató al gato por saber por qué todos caemos en los típicos topicazos de siempre: Este es tu blog: LA TEORÍA DEL MARCO. Aquí trataremos de explicar los misterios de la humanidad desde que el hombre es hombre.